13 de julio de 2008

PIERRE

Cuando Pierre vuelve a casa, después de cumplida la tarea, me agacho a sus pies y le quito las galochas embarradas. Le alcanzo agua para que se lave las manos pringosas. Y si la camisa tiene manchas (casi siempre) le doy ropa limpia.
Muchas veces se acerca a la cuna de nuestro hijo y lo contempla en silencio. Suspira porque el pequeño heredará no sólo su nombre sino también su oficio.
Comemos un poco de sopa o de guiso con pan. Tomamos algo de vino. Mi Pierre nunca se emborracha.
Enseguida nos acostamos. Él esconde la cabeza en el hueco de mi cuello, como pájaro que quisiera dormir. Yo lo arrullo con una canción. Pero siento que sus lágrimas resbalan por mis pechos. Trato de consolarlo.
¡Es tan difícil ser la mujer del verdugo!

2 comentarios:

Paola dijo...

Hola, qué tal? Le escribo porque ayer leí en la Revista Ñ su cuento "Pierre", que en la revista se llama "Mi Pierre", y me sorprendió porque tengo un amigo escritor de San Juan, cuentista, con varias publicaciones y premios en su haber, que escribió y publicó un cuento que es casi idéntico a ese que le mencioné.
Ambos tienen una similitud de detalles (comenzando por el hecho de ser minificciones ambos) que realmente es sorprendente.
¿Será casualidad?
Atte.
Prof. Paola Arlotta
Mendoza

Laura NICASTRO dijo...

"Mi Pierre" (o "Pierre") ya aparece en mi antología personal "Oyó que los Pasos" (agotada y antigua), además de haber sido publicado en mi blog. Asimismo, entre otras manifestaciones,"Pierre" o "Mi Pierre" fue leído hace unos años en el Primer Encuentro de Microficción auspiciado por FNA, SEA y Secretaría de Cultura de España (ver las Actas del evento). Aparece en diferentes antologías y revistas literarias. En algún momento también fue plagiado.
Cordiales saludos,
Laura Nicastro