Narran los de buena memoria que, al principio de los tiempos, se encontraban reunidos en un jardín el Amor, la Locura, la Esperanza, la Gula y todas las virtudes y defectos de la raza humana. Bostezaban letárgicos cuando la Locura propuso jugar a las escondidas.
Estuvieron de acuerdo y ella comenzó a contar. Lo hizo en forma bastante caótica, por lo que los participantes debieron precipitarse a buscar un escondrijo. El Amor, tan atolondrado e inexperto el pobrecito, no encontraba ningún hueco hasta que a último momento –pequeño como era- consiguió zambullirse bajo un arbusto.
La Locura los fue descubriendo uno a uno: la Codicia, la Duda, el Ocio, la Alegría. Todos aparecieron, menos Amor. Entonces alguien le sugirió que tomara un palo y perforara cuanto posible escondite se le ocurriera. Ella aceptó y empezó con la tarea hasta que se oyó un grito desgarrador.
- ¡Me has cegado! –reconocieron la voz de Amor. Y la Locura, que será caótica, pero no indiferente, contestó:
-Ya que yo te cegué, seré tu lazarillo para siempre.
Y desde ese día la Locura y el Amor van por el mundo tomados de la mano.
2 comentarios:
Vaya, me habían contado esa historia ya una vez.Usted la a escrito muy bien. Le doy mis felicitaciones!Espero que no le
moleste que vea espa pag.
No, para nada, por esa razón lo titulé "Cuento popular". Gracias por el comentario y ¡buen año! Laura N.
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